Capítulo 01 – Capítulo 01
No era consciente del daño que me hacía a mí mismo.
No, eso era mentira. Se que en lo profundo de mí interior, era consciente del daño que me estaba haciendo. Pero tenía miedo de enfrentar la realidad. Tenía miedo de enfrentarme al espejo y darme cuenta de en lo que me había convertido.
Era otro día más, la noche había caído y el familiar poste de luz que tenía enfrente de mí ventana con las cortinas y persianas abajo, se encendió. En mi cuarto, yo, un gordo feo de 34 años sin trabajo y sin mis estudios terminados y abandonado hace mucho tiempo, me encontraba sentado delante de un monitor, jugando videojuegos.
Me reí mientras movía el ratón de un lado al otro, apretando los teclados mientras el sonido de los disparos resonaban en mis auriculares. Estaba jugando un nuevo shooter que había salido hace poco al mercado, aunque claro, no podía comprarlo ya que no tengo dinero, simplemente lo pirateé y estuve jugando todo el día.
Esa era mi rutina, jugar videojuegos desde que despierto hasta que duermo.
Cuando me agarraba hambre, abría silenciosamente la puerta de mi cuarto para recoger un plato con comida que mi madre siempre dejaba al lado de mi puerta.
Ni bien tomaba el plato con comida en mis manos, cerraba la puerta deprisa como si huyera o me escondiera de algo.
Cuando terminaba de comer volvía a colocar el plato en el mismo lugar, y no volvía a abrir mi puerta hasta el día siguiente.
Me gustaba la noche.
La noche se sentía refrescante y relajante, era la hora en donde el mundo entero caía en silencio y oscuridad. Era un momento en donde yo podía escurrirse de mi cuarto y bajar abajo al comedor para llevarme unas botellas con agua o ir al baño y pegarme una ducha.
La noche es genial.
Ese miedo interno que sentía se aligeraba en mi interior y podía subir y bajar las escaleras de la segunda planta sin titubear o estremecerme.
Cada vez que caía la noche, mi primer objetivo siempre era bajar a la planta baja y abrir ligeramente la puerta de la habitación de mis padres. Al ver que mi madre dormía, dejaba escapar un suspiro de alivio y cerraba despacio la puerta sin hacer ruido.
Esa era mi rutina.
Fuera de esa rutina, no conocía nada más.
El mundo exterior era desconocido para mí, ya no recordaba cuando había sido la última vez que abrí la puerta y salí al patio para tomar aire. No recordé cuando fue que ocurrió, pero cuando tomé conciencia, ya no podía salir de casa.
Cada vez que daba un paso hacia la puerta, mi corazón se aceleraba y mis nervios aumentaban.
Sentía que me asfixiaba.
Sentía temor a como la gente, los vecinos, me mirarían.
Al final, regresé a mi cuarto y volví a cerrar la puerta.
**
¡Victoria!
Alcé mi mano y cerré mi puño apuntando al cielo.
En el monitor, el anuncio de victoria se mostraba parpadeante y llamativo.
¡Volví a ganar esta partida!
Me sentí feliz.
Luego de casi tres días de continuar jugando sin descanso este nuevo shooter, finalmente estoy entre los primeros en la tabla de calificaciones y niveles. Fue duro, me seque el sudor grasiento en mi frente y me levante. Mi silla rechino cuando mi pesado cuerpo se despegó de ella.
Mi estomago gruñía.
Camine despacio y pegue mi oreja a la puerta.
Espere unos segundos.
No hay ruido en el pasillo, madre debería haberse ido a dormir ya. Pensé.
Abrí ligeramente una reanuda en mi puerta y observo el plato de comida.
Estaba vacío.
Era el mismo plato de comida que ayer comí y lo dejé aquí.
Qué raro.
Normalmente madre siempre lo cambia por un palto de comida nuevo.
Incline mi cabeza con sospecha.
Abrí la puerta y salí despacio al pasillo.
El lugar seguía en silencio y con las luces apagadas.
Mientras bajé las escaleras, comencé a recordar que hoy tampoco había visto que las luces del pasillo se hubieran encendido en ningún momento. normalmente mi madre las encendía y se veía el reflejo de la luz que pasaba por debajo de mi puerta.
Pero hoy no había visto que se encendieran.
Era extraño.
“… ma-madre…” llamé con mi voz ronca y algo tartamudeante.
Abrí la puerta de la habitación de mi madre y en el momento que entre, sentí un extraño olor en el aire.
Madre seguía durmiendo en su cama, tapada con las sábanas.
Mientras me acerqué a pasos ligeros, tuve un mal presentimiento.
Algo en mi interior me decía que no debía acercarme más.
Algo en mi interior me decía que, si daba un paso más, me dolería. Me dolería mucho lo que vería.
Ese mal presentimiento en mi interior, me gritaba que no viera lo que tenía delante.
Pero con mi mano temblando, recogí las sábanas que estaban encima de mi madre y las moví hacia un lado.
“…”
Allí lo vi.
Era mi madre.
Después de tantos años desde que no salía de mi habitación, el rostro de mi madre estaba mucho más arrugado de lo que recordaba y su cabello que una vez fue negro y lacio, ahora tenía canas por todos lados. Su piel estaba vieja y su rostro mostraba un claro agotamiento y cansancio.
Sus ojos estaban abiertos y mirando al techo sin pestañear.
Mi cuerpo se quedó petrificado y sentí como si algo se rompía dentro de mí.
“… ma…mamá…” la llamé. Pero ella no respondió.
Su cuerpo… ya no mostraba signos de vida.
En ese momento, me di cuenta del gran error que siempre había estado negándome a enfrentar.
Me di cuenta en lo que me había convertido.
Ese rostro agotado y cansado con el que murió mi madre, fue el clavo que penetro en mi corazón, derribando aquella barrera que yo había pasado todos estos años formando a mi alrededor.
Esa barrera invisible pero presente en mi interior, era la barrera que mi inconsciente había formado para ocultarme a mí mismo la realidad de lo que yo era.
La realidad de que yo ya no tenía sentido de vida en este mundo.
Yo ya no servía en este mundo.
Mi vida, estaba dado por muerto.
**
Ese día mi madre falleció en la cama.
Luego de llamar a la policía y a la ambulancia, los forenses que llegaron me dieron la noticia de que mi madre ya llevaba dos días desde que había muerto.
Cuando escuché esto, no pude evitar recordar aquella última vez que mi mare había colocado la comida delante de mí puerta y había dicho que no se sentía muy bien. Yo no le respondí ni le presté atención porque estaba concentrado en ese estúpido juego de disparos.
Esa fue la última vez que la había visto.
Al darme cuenta de esto, sentí un estrangulamiento en mi interior.
Mis dientes se apretaron y mis lagrimas no podían parar de caer por mis mejillas.
Mientras llore en el comedor, los paramédicos cargaron el cuerpo de mi madre para llevarse.
Mientras los médicos se retiraban, note que muchos de ellos me lanzaban claras miradas de reproche y desprecio.
Incluso escuche un ligero murmullo de uno de los médicos.
“¿Hombre, enserio vivió toda su vida siendo una carga para la pobre anciana?”
“Así parece ser. Pobre anciana, tuvo un hijo inútil. ¿Me pregunto porque nunca lo hecho de la casa? Tuvo que haber sido una vieja madre muy permisiva para permitir que su hijo inútil siguiera chupándole dinero todo este tiempo.”
“Dios, que tipo más patético. Tiene su vida arruinada.”
Cada palabra que me llegaban a los oídos de los paramédicos que se llevaban a mi madre, se sentían como mortíferas apuñalas a mi cuerpo gordo.
Esas miradas, esas palabras era a lo que yo siempre le había temido.
Siempre le tuve miedo a enfrentarme a esas miradas y esas palabras.
Pero ahora… ya nada importaba.
Los paramédicos se marcharon, y el policía que también me lanzo una mirada con pena, dejo escapar un suspiro y se acercó y me dio unas palmadas en el hombro.
“Lo siento mucho, amigo. Cualquier cosa que necesites puedes llamar a la jefatura a este número.” Digo el policía, mientras me entrego una tarjeta. El policía me dio una última palmada como para intentar animarme un poco y se marchó.
Luego de que todos se fueran, la casa quedo en total silencio.
No era muy diferente al silencio que había todas las noches que yo salía fuera de mi cuarto.
Pero esta vez… esta vez se sentía mucho más frio y triste. El poco calor que había en la casa parecía haberse marchado. Camine hacia la habitación de mi madre y abrí la puerta deseando que todo fuese una pesadilla y mi madre estaría durmiendo en la cama como siempre.
Pero no era un sueño.
La cama estaba vacía y las sábanas estaban tiradas a un lado.
Mi madre falleció.
**
Ese día llore durante todo el día.
El monitor que siempre lo mantuve encendido, por primera vez en mucho tiempo estaba totalmente apagado.
Mientras me acosté en mi cama, sosteniendo los álbumes viejos con fotos de mi madre, las lágrimas no podían parar de caer desde mis ojos.
Odiaba esto.
¿Por qué tuvo que ser mi madre? ¿Por qué ella?
Aprete mis dientes mientras llore al ver las fotos.
¿Por qué no me morí yo? Soy un inútil, soy una carga después de todo. Hubiera sido mejor que me hubiera muerto yo, en vez de mi madre. ¿Por qué tuvo que ser ella?
Tras pasar horas llorando, el sueño finalmente comenzó a invadirme.
Mis ojos se fueron cerrando y poco a poco, mi conciencia se sumergió en la oscuridad…
1600p
XXX
Capítulo 02 - Capítulo 02
No sé exactamente cuándo tiempo estuve sumergido en la oscuridad.
Mis sentidos se sentían desorientados, como si flotada en el espacio. Sin rumbo aparente ni dirección, simplemente flote en la nada misma, siendo absorbido por la oscuridad infinita que me rodeaba.
De pronto, comencé a sentir que mi conciencia estaba regresando.
De alguna forma, sentí que tuve un sueño.
Un sueño extraño que no podía recordar con exactitud.
Solo sentí que mi cuello estaba ardiendo.
Sintiendo que me ahogaba, que no podía respirar, abrí mis ojos abruptamente y comencé a toser.
¡Tos! ¡Tos!
Tosí y escupí saliva.
Mi corazón latía acelerado y mi cuerpo estaba empapado en un asqueroso sudor frio.
También me dolía la cabeza.
Mareado y desorientado, observe el lugar. Era una especie de fabrica enrome abandonada, con altos pilares que sostenían el techo viejo con vigas gastadas y repleta de polvos. La luz del sol entraña como pequeños rayos por los huecos que había en el techo, y a los lados, en la parte superior había ventanas corridas las cuales no permitían el ingreso de la luz debido a que estaban sucias y amarillentas.
El lugar daba un ambiente depresivo y sombrío.
Había olor a suciedad, humedad e incluso olor a orina.
Mi rostro se contrajo al sentir el maloliente olor a esto último mencionado, y luego gire mi mirada hacia un rincón cercano y observo que había varios chicos jóvenes que estaban durmiendo en el suelo. Algunos roncaban y otros simplemente no se movían, parecían sin vida.
La apariencia de los jóvenes era sucia y claramente sus ropas revelaban que eran indigentes. No tenían zapatos y alguno que otro, tampoco tenía ropa superior y solo vestían unos shorts rústicos de tela vieja.
¿Qué diablos es esto? Pensé.
Intente levantarme algo alarmado, pero mi cuerpo se sentía increíblemente rígido y pesado.
Entre los chicos que estaban tirados por el lugar, algunos parecían estar despiertos, pero sus mentes parecían estar en otro lado. Sus miradas estaban vacías y perdidas, mientras que se reían y miraban al aire como si estuvieran viendo algunas maravillas flotar allí.
Aunque no había nada allí.
Sus mentes estaban en otro mundo colorido.
Cuando un ligero aroma a humo dulce ingreso en mi nariz, inconscientemente me percate del lugar en el que había despertado.
¡¡Una cueva de indigentes adictos!!
¿¡Pero como!? ¿Cómo llegue aquí? ¡¿Dónde es esto!?
Aterrado, me intente alejar del grupo, pero una voz me llamo.
“Oye, Eugeo, ¿A dónde vas, hombre?”
Me gire rápidamente para ver que uno de los tipos que estaban roncando, se había despertado. Era un joven de cabello corto y rostro cuadrado que se sentó, tambaleante, y me miro con un leve fruncimiento de ceño.
El tipo aun lucia drogado, pero no tanto como los que se estaban riendo mirando a la nada.
“…”
No le respondí, mi cuerpo se petrifico y mi corazón parecía detenerse.
No olvido que hace tan solo un rato era un gordo hikikomori de 34 años que vivía encerrado.
Al despertarme en este lugar, sin respuestas y confundido, mi mente estaba siendo sobrecargada de información y preguntas.
“… Y-y-yooo solo estaba…” intente responderle, pero mi vos tartamudeo y casi me muerdo la lengua en mi estado de nervios.
… ¡Mierda!
Sentía ganas de golpearme a mí mismo por ser un completo inútil.
¡Tienes 34 años, joder! ¿Cómo diablos te puedes seguir poniendo nervioso al hablar con un mocoso más joven que tú?
Aprete mis dientes y volví a intentarlo.
“Yo… yo desperté aquí, y no sé dónde estoy.”
“¿Eh?” el tipo inclino la cabeza, mirándome con ojos confundidos. “¿Qué diablos dices, Eugeo?”
El tipo me lanzo una mirada llena de dudas.
A su lado, sin que me diera cuenta, otro tipo más gordo también se levantó y había estado escuchándonos.
Este nuevo se rio.
“¡Jajaja! ¿Qué te sucede, Eugeo? ¿Acaso esta maravilla te hizo perder la memoria?” se rio el gordo mientras sacudió fanfarronamente un pequeño frasco de vidrio que contenía una pequeña cantidad de un extraño polvo multi colorido.
“¡Diablos, Gordón! ¡Aun te queda polvo estelar!”
“Sí, pero es lo último que me queda así que no lo compartiré con nadie.”
“Vamos, amigo. No seas mezquino y compárteme un poco.”
El tipo intento convencer al gordo que le compartiera el extraño polvo colorido que estaba encapsulado en la pequeña botella de vidrio, pero el gordo bramo. “¡Te acabaste lo tuyo y ahora vienes a quitarme lo mío! ¡Sigue soñando, no te daré nada!” y escondió nuevamente el pequeño frasco dentro del bolsillo de su ropa.
Note que a diferencia de muchos de los jóvenes que estaban casi sin ropa, había un par de jóvenes que vestían unas ropas de aspecto un poco más caras y lujosas. Aunque debido a la suciedad y las arrugas, dicha ropas habían perdido todo su brillo y parecían trapos mojados grises.
Pero mis sentidos no me engañaban, estos mocosos eran claramente mocosos con dinero.
Esa era la impresión que sentía al ver sus ropas, o las ropas que estaban tiradas en los alrededores.
¿Acaso este lugar no era una cueva de indigentes adictos, sino de mocosos ricos adictos?
“¿Qué sucede, amigo? Has estado callado todo este tiempo.” Luego de que el gordo se negara a compartirle el extraño polvo en el frasco, el tipo regreso nuevamente su mirada hacia mí lado.
El gordo asintió a las palabras del tipo.
“Cierto, normalmente eres el que más bullicio hace, pero ahora…” sus ojos entrecerrados me miraron a los ojos. Inconscientemente intente bajar mi mirada con mi rostro pálido.
“… No puede ser posible.” El gordo murmullo asombrado de lo que estaba viendo. “¿Oye, enserio has perdido la memoria?” preguntó, esta vez en un tono asombrado y sin juegos. Por su tono estaba claro que estaba dudando seriamente.
“¡Diablos, no parece ser el mismo!” el otro tipo también estaba asombrado, se levantó de un salto y corrió hacia mí para agarrarme de los hombros y mirarme de cerca. Inconscientemente me asuste de un acercamiento tan repentino y quise retroceder, pero el tipo me sostuvo para que no me moviera.
“…”
“…”
Ambos nos miramos a los ojos, su mirada era intensamente seria que me hacía sentir nervios y el deseo de alejarme.
“… Mierda, parece real.”
“Déjame a mí, hazte a un lado.” El gordo también se acercó y empujo al molesto tipo a un costado. Luego se paró enfrente de mí y me hizo la pregunta.
“Eugeo, dime, ¿recuerdas cómo te llamas? ¿Recuerdas el apellido de tu familia?”
Su pregunta me hizo abrir los ojos.
… ¿acaba de llamarme Eugeo?
Sintiendo unas palpitaciones en mi interior, comencé a buscar en todos lados con desesperación.
“¡Oye, oye, cálmate!”
tanto el gordo como el otro tipo se adelantaron para intentar calmarme.
El gordo noto mi búsqueda desesperada y me pregunto.
“¿Qué estas buscando?”
“… ¡U-Un espejo! ¡Necesito un espejo!”
“¿Espejo?” el gordo y el tipo intercambiaron miradas. ¿Espejo dice? ¿Por qué busca un espejo?
“Mira, allá hay un espejo, aunque está cubierto de polvo y mugre.” Señalo el tipo hacia un tablón de madera vieja que estaba apoyado sobre una de las vigas.
Corrí hacia la viga y me agaché delante del tablón de madera. Aunque no era un tablón de madera, se parecía, pero no lo era. Pase mi mano de arriba hacia abajo y el polvo se despegó y se revelo que debajo era un vidrio. Nomás que el polvo seco encima le hacía parecer a un tablón de madera.
El espejo aún estaba sucio y mugriento, pero fue suficiente para ver el reflejo.
Lo que vi en el reflejo era… un mocoso de unos 14 años.
Un mocoso de ojos rojizos con cabello rubio despeinado.
Sentí que mi cuerpo tembló al ver esta escena.
La loca suposición que había estado en mi mente desde que desperté en este loco lugar, finalmente se hizo real.
He reencarnado en el cuerpo de otra persona.
**
Gordon y Spencer se miraron con rostros preocupados.
Ambos podían ver el asombro y preocupación en los ojos del otro.
“No sabía que el polvo de estrella tenía este efecto de hacerte perder la memoria.” Murmuro Spencer, rascándose la mejilla mientras miraba a su amigo, Eugeo Rowling, que estaba mirándose y tocándose la cara delante de un espejo. Como si no se pudiera reconocer a sí mismo en el reflejo.
Ambos conocen a Eugeo desde hace la infancia.
Conocían el típico temperamento rebelde y gritón de Eugeo, siempre que iban a comprar el polvo de estrella a los barrios bajos, Eugeo era el primero en hablar y en comprar.
Debido a su carácter rebelde y problemático, Eugeo se había convertido en una vergüenza para la familia Rowling en los últimos años.
Gordon y Spencer tampoco podían criticar a Eugeo, ya que ambos también eran adictos a las drogas mágicas que llegaban de contrabando desde la capital o al alcohol y al cigarrillo.
La diferencia entre Gordon y Spencer con Eugeo, era que estos dos eran simplemente unos hijos bastardos de unas familias de pocas influencias y poco reconocimiento en el mundo nobilico. En cambio, Eugeo, era nada más ni menos que… ¡El tercer hijo y heredero de la Casa Rowling!
La Casa Rowling era una antigua casa aristócrata de alta nobleza, y si bien en las últimas décadas había estado en continuo declive, no dejaba de ser una casa noble con mucha influencia y reconocimiento en las altas esferas del imperio.
Que un heredero de una casa de tan alto prestigio estuviera metido en las drogas mágicas era una total vergüenza para el apellido de la casa noble.
Eugeo Rowling se había convertido en la vergüenza del apellido Rowling.
Muchos murmuraban que los antiguos ancestros que llevaron al apellido Rowling a la cúspide de la supremacía hacen cientos de años atrás, hoy se sentirían totalmente defraudados con sus descendientes si vieran el estado en el que Eugeo se encontraba.
Gordon y Spencer como los actuales amigos adictos de Eugeo, tenían un leve temor a que la Casa Rowling en algún futuro, algún día, pudieran iniciar una exterminación de malas influencias para alejar a Eugeo de las drogas y las malas adicciones. Si eso sucediera Gordon y Spencer temían ser los primeros en ser eliminados por la Casa Rowling.
Y ese temor no era injustificado, ya que casos similares habían ocurrido en el pasado con otras casas nobles de la capital o de otras ciudades.
Pero al mismo tiempo, Gordon y Spencer se negaban a alejarse de Eugeo por una simple razón.
… ¡El dinero!
Sin Eugeo a su lado, entonces… ¿¡Como diablos podremos pagar más polvo estelar a los traficantes!?
El polvo estelar, una de las drogas mágicas más populares en la actualidad, no era barato. Cada gramo de polvo estelar podría llegar a costar hasta 50 monedas de plata por gramo. ¡Era una cantidad de dinero que ni Gordon ni Spencer tenían!
Allí es donde entraba Eugeo y la poderosísima casa Rowling.
Eugeo tenía un carácter tan fanfarrón y hasta arrogante, que incluso gran parte de las compras de polvo estelar, las pagaba él con el dinero que lograba extraer de su casa Rowling.
Eugeo era el monedero andante de todos los pobres adictos de familiar nobles sin título, que no tenían dinero para comprar el polvo estelar.
Y así querían continuar, pero Gordon y Spencer intercambiaron miradas con preocupación y miedo.
Conociendo el carácter de Eugeo, no creían que él estuviera actuando para jugarles una broma.
Entonces, la única opción que quedaba era que…
¡Eugeo realmente ha perdido la memoria por efecto secundario de consumir el polvo estelar!
Y si esto sucede, entonces, Gordon y Spencer no pudieron evitar estremecerse de miedo.
¡Si realmente Eugeo perdió la memoria, la Casa Rowling no podría ignorar esto!
¡La Casa Rowling estallaría en enojo y se vengaría contra los culpables!
Gordon soltó un gemido como un cerdo asustado, mientras que Spencer tembló de miedo.
Ambos corriendo hacia donde estaba Eugeo para hablar.
“¡Oye, Amigo! ¡Tranquilízate, no necesitamos hacer un escándalo de esto, nosotros dos podemos explicarte todo!
“¡Cierto, así no preocuparemos a tu familia! ¡Te explicaremos todo lo que debes saber, y no habrá necesidad de que tu familia se entere de esto!”
Los dos estaban agitados y con miedo, agarraron a Eugeo y tenían la intención de arrastrarlo hacia atrás para que no saliera de la fábrica abandonada, pero repentinamente… un temblor se sintió en el suelo y ruidos se empezaron a escuchar afuera.
Eran sonidos como si una marea de personas estuviese acercándose a la fábrica.
¿Qué diablos es ahora?
Los demás adictos que habían estado roncando, comenzaron a despertar confundidos por el ruido.
Finalmente, el sonido de un pitido sacudió todo el lugar.
*Piiiiiiiiin*
Gordon, Spencer y el resto de los adictos que había comenzaron a despertar, reconocieron ese pitido.
“¡Oh, mierda, nos han encontrado!”
“¡La policía imperial a encontrado este lugar! ¡Huyamos rápido!”
En un instante, se desato el caos en la fábrica.
Todos los adictos desnudos o con ropa, se levantaron y huyeron desesperadamente hacia todos los lados. Similar a una marea de cucarachas, los adictos comenzaron a correr por sus vidas.
Gordon y Spencer también huyeron, arrastrando con ellos al sorprendido Eugeo que no parecía entender nada de lo que estaba sucediendo.
Gordon se adelantó y levanto una tapa de madera que estaba en el suelo. Debajo de la tapa, era un pequeño túnel que conectaba con un agujero de desagüe abandonado. Gordon salto dentro, Spencer le sigue, pero cuando Eugeo estuvo por saltar, una explosión de fuego hizo estallar una pared cercana.
La onda expansiva hizo volar a Eugeo unos cuantos metros.
Gordon y Spencer vieron el fuego, y aterrados, no dudaron en tapar el agujero de vuelta con la madera y huir solos, abandonando a Eugeo.
**
Mis oídos zumbaban con un aturdidor pitido.
Mi cabeza se tambaleaba y mi vista estaba desenfocada.
Me toqué con mi mano y sentí un ligero liquido caliente en mi frente. Me di cuenta al verlo, que era sangre. Mi frente estaba sangrando y la explosión me había dejado completamente aturdido.
Alce mi mirada hacia el fuego, y observe que la pared que antes estaba allí, había sido completamente destruida por la explosión y dio lugar a un enorme agujero que conectaba al exterior de la fábrica.
El polvo y el humo inundo todo el lugar.
Sacudí mi cabeza, mientras el pitido aturdidor en mis oídos poco a poco se fue aclarando y entonces, noté que el lugar estaba lleno de gritos y gemidos de dolor.
Parece que había muchos que no habían podido escapar antes de que la explosión los derribada.
De alguna forma, mi cabeza se sentía pesada y fruncí el ceño.
Muchas imágenes parecían surgir delante de mis ojos.
No me costó esfuerzo identificar inmediatamente a esas imágenes que pasaban a gran velocidad enfrente de mis ojos, como los recuerdos de este cuerpo.
Eran los recuerdos de la persona que había estado en este cuerpo antes de que yo apareciera.
Cientos de miles de recuerdos surgieron e invadieron mi cabeza en solo segundos.
Eugenio Rowling, tercer hijo de la Casa Rowling.
Ese era el nombre completo de este cuerpo.
El polvo en el aire y el humo poco a poco se fue aclarando, mientras los pocos adictos que aun podían pararse, volvían a intentar escapar de la fábrica.
Pero una figura se acercó del otro lado del polvo y el humo.
Era un hombre alto, de cabello bien peinado y su rostro llevaba una expresión fría mientras se acercaba. Vestía un uniforme militar de color azul oscuro que tenía una pequeña estrella blanca en su lado izquierdo. Los bordes de su uniforme estaban adornados con color dorado y sus botas eran altas de cuero grueso.
Al verlo entrar, pisando los escombros y parándose en ellos.
Super de inmediato quien era esta persona.
Normalmente no lo hubiera sabido, pero los recuerdos que habían surgido en mi cabeza se habían adaptado a mi mente y ahora, podía identificar y reconocer quien era esta persona.
Su nombre eran Roland Mustang.
El actual comandante de la policía imperial en la ciudad de Lizandria.
Y también… era mi tío.
El hombre alzo su mano y esperando unos momentos, ordeno con un grito en voz alta.
“¡Adelante, arresten a todos en este lugar y rastreen a los que huyeron!”
De inmediato, una respuesta fuerte y con múltiples voces bien entrenadas, respondieron todas al mismo tiempo con un: “¡A las ordenes, comandante!”
Entonces, una marea de militares con el mismo uniforme entró y comenzaron a capturar a todos los que estaban en el lugar y los que intentaban huir desesperados.
Mi cabeza se sentía mareada mientras veía este caos desde el suelo.
Sentí mi cuerpo pesado y lo último que vi, fue a los militares de la policía imperial atrapando a los adictos y una figura caminando hacia mí.
Alce con mis últimas fuerzas mi mirada hacia arriba, y vi que era Roland, mirándome con una complicada expresión.
Luego de eso, caí inconsciente.
2810p
XXX
Capítulo 0 – Capítulo 0
No era consciente del daño que me estaba haciendo a mí mismo.
O esa era la mentira que quería creer, pero la verdad era otra. En lo más profundo de mí interior, era consciente del daño, pero sentía miedo de enfrentarlo. Sentía miedo de enfrentar al mundo y a la realidad que tenía enfrente. Sentía miedo de… verme en un espejo y darme cuenta de lo que me había convertido.
Un NEET de 35 años.
**
Era otro día más, la luz del día se había escondido y la noche había caído. Como siempre, el viejo poste de iluminación que tenía enfrente de mi cuarto se encendió. Pude ver su luz encendida por las ranuras de mi persiana que estaba bajada.
En mi cuarto totalmente a oscuras, yo, un gordo feo de 35 años que no trabaja ni estudia, me encontraba sentado enfrente de un monitor, jugando a videojuegos.
Mientras movía el ratón de un lado a otro, aprete mis mejillas gordas en concentración. El sonido de explosiones y disparos resonaban en mis oídos por medio de mis auriculares. Este era el nuevo shooter que habia salido hace poco al mercado, tras instalarlo me había pasado toda la semana jugándolo.
Esa era mi rutina, jugar videojuegos desde que despierto hasta que duermo.
Era lo único que hacía en mi vida.
Y cuando sentía hambre, abría sigilosamente mi puerta para recoger un plato de comida que mi madre siempre dejaba a un costado de mi puerta.
Ni bien recogía el plato, cerraba de prisa la puerta como si huyera o me escondiera de algo.
La realidad es que sentía fobia hacia la gente y al exterior en general.
Fuera de este cuarto, sentía nervios y miedo de conocer a la gente.
Al inicio esta fobia solo era hacia desconocidos, pero con el paso de los años desde que me convertí en un NEET, esta fobia también se fue ampliando a familiares, amigos y ahora… hasta mi propia madre.
Cuando termine de comer el plato de cómica, vuelvo a colocar el plato vacío en el mismo lugar.
La noche siempre era mi parte favorita del día, era tranquilo y relajante. Esta parte del día era el momento en donde el mundo entero parecía caer en silencio y oscuridad. Era simplemente lo mejor del día.
A veces deseaba que las 24hs del día fuera siempre de noche.
Cada vez que caía la noche, era un momento en donde yo podía salir de mi cuarto y bajar al comedor para llevarme algunas botellas de agua o ir al baño a pegarme una ducha por oler a sudor oloroso.
La noche simplemente era genial.
Ese miedo interno que solía sentir se aligeraba cuando la noche caía, y podía subir y bajar las escaleras de la segunda planta sin titubear o sentir pánico.
Siempre que caía la noche y me decidía a salir de mi cuarto, mi primer objetivo siempre era confirmar la habitación de mi madre. Mi padre falleció cuando yo era simplemente un mocoso revoltoso, así que mi madre me crio sola. Tras abrir sigilosamente la habitación de mi madre y confirmar que ella estaba durmiendo, dejó escapar un suspiro de alivio y vuelvo a cerrar la puerta sin hacer ruido.
Esa era la rutina.
Fuera de esa rutina no conocía nada más.
El mundo exterior era un desconocido para mí. Con el paso de todos estos años, ya no recordaba cuando había sido la última vez que abrí la puerta de casa para salir afuera, al patio a tomar aire.
Lo último que recordaba era que, un día simplemente ya no podía salir fuera.
Cada vez que daba un paso hacia la puerta con la intensión de salir fuera de casa, mi corazón se aceleraba y mis nervios y sudor aumentaban.
Sentía que me asfixiaba y que mis piernas temblaban.
Sentía… miedo.
Al final, regresé a mi cuarto y volví a cerrar la puerta.
**
¡Victoria!
Alcé mi puño al aire y cante victoria.
En el monito, el anuncio de partida ganada se mostraba con letras grande, parpadeantes y llamativas.
Esta era la decimosexta partida que ganaba hoy.
Me sentí feliz.
Finalmente, mi nombre subió en el ranking del juego y se posiciono en el primer lugar.
Aunque tengo que admitir que esta partida había sido bastante difícil, me seque el sudor grasiento de mi frente y me levante de mi silla. Mi silla hizo un rechinido cuando mi pesado cuerpo se despegó de ella.
Mi estomago gruñía.
Tengo hambre.
Camine y pegue mi oído a mi puerta.
Espere unos segundos.
No hay ruido en el pasillo, madre ya debe haberse ido a dormir. Pensé.
Abrí ligeramente la puerta y observé el plato de comida.
¿Eh? ¿Está vacío?
El plato que mi madre siempre deja con comida al lado de mi puerta, estaba vacío. Era el mismo plato de comida que ayer comí y lo dejé allí.
Qué raro.
Normalmente madre siempre lo cambia por otro plato con comida.
Me frote mi barbilla con ojos sospechosos.
Salí al pasillo y me asomé para ver la planta baja.
El comedor estaba con las luces apagadas y en silencio. No había ruido alguno en toda la casa.
Mientras comencé a bajar las escaleras, recordé que hoy tampoco había visto que las luces del pasillo se hubieran encendido en ningún momento. Madre tenía la costumbre de siempre, encender la luz del pasillo que da a mi cuarto.
Por ello, siempre veía el reflejo de la luz encendida por debajo de mi puerta.
Pero hoy no había visto ninguna luz.
Era extraño.
“… Ma-madre.” Llamé con voz ronca y tartamudeante a la habitación de mi madre.
Nadie contesto.
Mi voz quizás era demasiado baja, así que abrí silenciosamente la puerta y entre a la habitación.
Lo primero que me percate era que había un ligero olor extraño en la habitación.
Madre seguía durmiendo en su cama, tapada con las frazadas.
“… Madre… ¿estas bien?”
Volví a llamarla, pero no me respondió.
Sentí un ligero malestar en mi interior.
Comencé a acercarme a la cama donde estaba mi madre.
Mientras di mis pasos, algo en mi interior me daba un mal presentimiento. Algo en mi interior, me gritaba que no me acercara, me advertía a gritos que, si daba un paso más, lo que vería me dolería mucho.
Ese mal augurio en mi interior me gritaba que no viera lo que tenía enfrente.
Pero con mis manos temblorosas, recogí la frazada que estaba encima de mi madre y las moví hacia un lado.
“…”
Allí lo vi.
Era mi madre.
Después de tantos años, el rostro dulce y juvenil que yo recordaba de mi madre cuando iba a secundaria. Aquel cabello oscuro y resplandeciente, junto con esa piel lisa y cuidada, ahora… tenía arrugas y estaba seca. El rostro arrugado y el cabello con canas de mi madre me hizo estremecerme y me hizo ser consciente del tiempo que había pasado.
Mi madre ya no era aquella mujer joven y hermosa que yo recordaba del secundario, sino que ella era ahora una mujer anciana y con canas.
Su piel ya tenía arrugas y su rostro mostraba un claro agotamiento y cansancio.
Sus ojos abiertos y miraba al techo sin pestañear.
Al ver esto, mi cuerpo se quedó petrificado y sentí como si algo se rompió en mi interior.
“…ma…mamá.” Llamé, pero ella ya no respondió.
Su cuerpo… ya no mostraba signos de vida.
Fue en ese momento en donde me di cuenta del gran error que siempre había estado negándome a enfrentar.
La realidad en lo que me había convertido.
Ese rostro agotado y cansado con el cual murió mi madre, fue el clavo doloroso que penetro en mi corazón, derribando aquella barrera que yo pase todos estos años formando a mi alrededor.
Esa barrera invisible pero presente en mi corazón, era la barrera que mi inconsciente había creado para ocultarme a mí mismo de lo que yo era.
La realidad de que mi vida ya no tenía sentido en este mundo.
Yo ya no servía.
Todos estos años de ser un NEET, me habían arruinado y mi vida social, laboral y educación, estaba dado por muerto.
Capítulo 01
No era consciente del daño que se estaba haciendo a sí mismo.
O esa era la mentira que quería creer, pero la realidad era otra. En lo más profundo de sí mismo, él reconocía que estaba haciéndose mucho daño con cada día que permanecía encerrado en ese grueso caparazón rodeado de un simple monitor y paredes.
Era consciente de que tenía que salir afuera y enfrentarse al mundo exterior.
Tenía que hacerlo en algún momento, no podía seguir del mismo modo. Pero el miedo lo paralizaba siempre que lo intentaba. Sentía su cuerpo estremecerse y asfixiarse cada vez que se acercaba a la puerta para salir de casa.
Sus manos estaban sudorosas mientras apretaba el picaporte con fuerza.
¡Esta vez, yo, saldré fuera! ¡Todavía tengo tiempo!
Se digo a sí mismo, pero al segundo siguiente, sus pensamientos optimistas y auto destructivos volvían a surgir.
¿Tiempo? Ja, acéptalo. 15 años encerrado, sin trabajo ni estudios, estas perdido. Cuando salgas, ya sabes cómo te miraran la gente. Los vecinos te miraran con esos ojos de asco y reproche, el mundo no te aceptara.
El tiempo es algo que no se puede recuperar.
15 años perdidos te convirtieron en un fracaso social.
Al pensar en ello, su cuerpo se sintió paralizado.
Lentamente, quito su mano sudorosa del picaporte.
Teniendo una expresión pálida con unos ojos caóticos y desesperados, él simplemente retrocedió y volvió a encerrarse en su habitación.
Él es un NEET de 35 años.
XXX
Capítulo 01: “Soy un fracasado NEET”
Me negaba a reconocer en lo que me había convertido.
Creaba mentiras hacia mí mismo, diciéndome que aun podía hacer algo con mi vida. Que todavía tenía chances de mejorar. Por redes sociales, busqué y conocí a muchas personas que estaban en una situación similar, y todos ellos terminaban haciendo algo por el estilo como dibujar, escribir por redes, hacían algo para ganarse la vida.
Siempre pensé que eso era fácil, me reí y dije.
¡Mañana yo también empezare a dibujar, y ganare mucho dinero! ¡Eso hare!
Pero mis promesas siempre terminaban en nada.
Lo retrasaba para el día siguiente.
Luego ese día siguiente se convertía en semanas, luego en meses, y para cuando volvía a reaccionar, el tiempo había vuelto a pasar y terminaba en nada.
¿Por qué no pude hacerlo?
Una vez tuve un montón de tiempo. A pesar de que nunca salía de casa, estaba sentado frente a una computadora todo el día. Pude haber hecho un montón de cosas. Aunque no me convirtiera en el mejor, con todo este tiempo pude haberme esforzado y estar en un lugar medio.
Mangas, novelas, juegos, nft, había miles de cosas que podía hacer desde una computadora. ¿Por qué nunca pude hacerlo? ¿Qué fue lo que me falto?
Si me mantenía firme y me esforzaba, debería ser capaz de obtener pequeños logros en cualquiera de esos campos.
Entonces… ¿Por qué sigo estancado en el mismo lugar?
El mundo exterior parecía avanzar a una velocidad imparable, pero yo… yo simplemente estaba estancado en el tiempo.
Seguía sin trabajo y sin haber terminado mis estudios.
Me convertí en un NEET de 36 años.
Básicamente, ahora soy un fracaso social.
**
A veces deseaba tener el poder de retroceder en el tiempo.
Aunque no lo pareciera, durante la secundaria fue un buen estudiante. Recuerdo que sacaba buenas notas e incluso un maestro me había hablado en un momento sobre una beca para la universidad. Me había ofrecido apoyarme para la beca, pero mi yo de aquel entonces rechazo la propuesta de aquel profesor.
La razón del rechazo era tan estúpida como que mis padres me habían comprado una nueva consola y estaba deseoso de jugarlo.
También solía tener un grupo de amigos.
¿Qué será de ellos?
Entre esos amigos, había una amiga que me gustaba. Era una chica tímida y pequeña como un cordero lindo, siempre me parecía una amiga dulce y carismática. Me gustaba mucho y ella también parecía gustar de mí. Pero nunca logramos avanzar más allá de simples amigos íntimos.
La última noticia que supe de ella fue hace un par de años.
Parece que luego de graduarse de la universidad, se casó y tuvo dos hijos.
Ahora trabaja en una importante empresa y tiene su vida hecha.
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