Capítulo cualquiera
Fue durante el mediodía cuando los granjeros cansados y sudorosos que habían estado arando los campos, regresaban a la pequeña ciudad rural para tomar un descanso. Los niños que jugaban en los alrededores, también empezaban a regresar a sus casas ante el llamado de sus madres, anunciando que la comida estaba servida.
El día estaba soleado.
La brisa fresca soplaba desde el norte, meciendo los árboles.
El ambiente de la ciudad rural estaba animado mientras los niños ingresaban por la puerta sur de la ciudad, corriendo y saltando mientras reían. Algunos granjeros agotados caminaban arrastrando sus herramientas de trabajo mientras se limpiaban el sudor de sus frentes y bebían agua de sus cantimploras.
“¡Mocosos, no corran!” gruño un granjero que casi es chocado por los niños.
El granjero frunció el ceño al ver que los niños no le obedecían y seguían corriendo lejos.
“Malditos niños.” Murmullo el granjero, pero en ese momento parecía recordar algo y volvió su mirada hacia una tienda que estaba al final de la calle. “Oh, cierto. Si no recuerdo mal, el niño hoy nacía…”
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