Capítulo 00 – Capítulo 00


La lluvia caía torrencialmente, los truenos tronaban como si hiciesen temblar el mundo y relámpagos danzaban a través del cielo. El mundo era una combinación de oscuridad y luz, lleno de estruendos ensordecedores y el sonido de las gotas de agua golpeando el suelo.

A la distancia todo parecía cubierto por la lluvia, completamente sombrío y desolado.

En medio de este feroz clima, un joven de rostro pálido con ojos y cabello oscuro se encontraba rodeado al borde de una enorme montaña que desembocaba en un profundo precipicio. El agua de la lluvia había convertido el suelo de la montaña en un lugar lodoso y resbaloso, el joven respiraba con dificultad mientras abrazada con su única mano restante un pequeño libro de tapa oscura antiguo. De la otra extremidad solo quedaba un muñón sangriento que no paraba de gotear sangre. Su extremidad denotaba que había sido arrancada con una brutalidad fuerza.

Pero aquí no acababa todo, había sangre por todos lados sobre su ropa y tenía una innumerable cantidad de heridas abiertas. Había estado parado en ese mismo lugar por unos pocos minutos, intentando recuperar el aliento, sin embargo, bajo sus pies ya se había formado un charco de sangre que era llevado por la lluvia colina abajo.

Cualquiera que viese su estado no podría evitar palidecer de miedo.

Su pecho se agitaba y su respiración estaba descontrolada y lo suficientemente pesado como para causar miedo en las personas. Cada musculo de su cuerpo temblaba, indicando el extremo cansancio y perdida de fuerzas.

Nelldir Grimmier podía sentir que su vida se estaba escurriendo desde sus heridas sangrientas.

No le quedaba mucho tiempo.

Nelldir había estado huyendo por más se seis días completos, sin descanso ni sueño. En su huida recibió múltiples golpes, heridas e incluso uno de sus brazos fue brutalmente arrancado. Pero gracias a la feroz tormenta que inundo la región al cuarto día, logro utilizar la tormenta lo suficientemente bien como para lograr llegar a esta montaña.

La montaña era conocida como el punto del fin del mundo.

Detrás de esta montaña se ubicaba uno de los lugares más mortíferos de todo el continente. Un precipicio. Un abismo tan profundo que nadie podía decir con certeza que es lo que se ocultaba debajo de esa siniestra oscuridad.

Rodeada por historias y mitos antiguos, el acantilado era popularmente llamado como el cementerio de la parca. Muchas historias abundaban con respecto a cuál era el origen y que era lo que había allí abajo. Nadie sabía exactamente cuantos miles o millones de años lleva existiendo este precipicio. La cantidad de vidas que este abismo se había llevado en los últimos cientos de años era innumerable.

Cualquier persona que se adentrada en este abismo jamás lograba regresar. Sin importar si fuesen reyes, emperadores, o incluso seres mágicos con abundante poder capas de sacudir los mares y montañas; todos, sin importar quienes fuesen, una vez se adentraban a este abismo, no regresaban jamás y eran dados por muertos.

De este modo finalizo la vida de muchas de las figuras heroicas y legendarias más antiguas del continente.

Entre las historias y mitos, algunas personas creían que debajo de este acantilado se encontraba el llamado núcleo del mundo que hacía posible la existencia de la misma magia en el continente.

Otros creían que quizás era el cementerio de alguna clase de dios antiguo.

Otros de los mitos más populares y conocidos decían que allí abajo, estaba el cementerio de la parca.

Y otros acreditaban el abismo como el lugar donde yacen dormidos los titanes que se dicen haber existido hace millones de años.

Pero la realidad es que nadie sabía exactamente lo que había debajo.

**

Bajo la intensa lluvia, Nelldir escupió un cuajo de sangre al suelo. Frente a él había una multitud de personas poderosas que habían bloqueado toda posible ruta de escape. No había formas de seguir escapando, estaba acorralado al borde del abismo.

"Nelldir, es inútil que sigas huyendo. ¡Estas arrinconado!"

"¡Entréganos el grimorio de los inmortales, y prometemos perdonarte esa sucia y miserable vida que tienes!"

Nelldir frunció el ceño ante los gritos y rugidos de la multitud.

Todas estas personas eran magos de alto nivel.

Sus enemigos.

Aquellos que provocaron la muerte de su maestro.

Nelldir solo podía apretar sus dientes con intenso odio en sus ojos al ver a estas detestables personas acorralarlo y exigirle que entregue el tesoro que su maestro le confirió antes de morir.

El llamado grimorio de los inmortales.

Hace 20 años atrás, su maestro quien lo adopto cuando él apenas era un huérfano sucio y hambriento, en una excursión a una antigua ruinas, su maestro descubrió un pasadizo que jamás había sido explorado. Se adentro y allí dentro, descubrió un extraño grimorio de tapa oscura.

El grimorio a simple vista tenía una apariencia mucho más simple y sencillas que el resto de los grimorios normales que estarían adornados con diamantes y tapas de oro puro, o cristales de maná. El grimorio parecía un simple libro común, no se podía sentir maná alguno desprendiendo de él.

Su maestro aquella vez incluso llego a preguntarse si el libro que encontró era realmente un grimorio.

Las ruinas parecían datar de la antigua era mágica conocida como la era de los inmortales, una era prehistórica de la cual casi no se tenía registros aparte de los mitos antiguos.

El grimorio no desprendía energía de ningún tipo, pero su maestro hizo un descubrimiento sorprendente. El grimorio de alguna forma...

Era indestructible.

No importa que tanto lo quemadas, lo despedazada en miles de pedacitos, el grimorio retomaba su forma mágicamente al segundo siguiente. Esto era impresionante. Su maestro no podía descubrir como el grimorio que parecía no desprender maná alguno, podía restaurarse por sí solo sin importar que tanto daño recibiera. Tras ver esto, su maestro acepto que el grimorio venia de la época de los inmortales.

Pero tristemente... el grimorio estaba en blanco.

Sus viejas y rasposas hojas estaban en blanco, sin inscripción alguna.

Su maestro paso los siguientes años investigando el grimorio.

Pero lamentablemente la noticia del grimorio se esparció al exterior.

Al cabo del poco tiempo, una marea de magos proveniente de todas partes del continente comenzó a perseguirlos. Nelldir y su maestro huyeron de su antiguo hogar, pero ante la marea interminable de magos enloquecidos que creían que si lograban obtener el grimorio superarían al resto de magos y se alzarían como los máximos expertos del continente, su maestro termino siendo abrumado por los ataques y dio su vida para lograr una oportunidad para que su único discípulo, Nelldir, lograra huir con el grimorio.

Nelldir todavía podría recordar lo que su maestro le dijo en aquel último momento.

"¡Nelldir, escúchame!" Le gritó su maestro mientras luchaba por resistir los ataques que golpeaba desde todos los lados. "¡El grimorio es real, funciona, pero está sellado! No logró hacer que el grimorio me reconozca como su dueño. Ahí un requisito que el grimorio pide, pero que no se cual es."

Su maestro apretó los dientes mientras agitaba sus manos ensangrentadas para crear un campo mágico que retuviera los cientos de hechizos que llovían sobre ellos dos.

Su maestro le lanzo una sonrisa al ver el rostro aterrado de Nelldir.

"Escúchame Nelldir, voy a abrir un pasaje entre ellos para que escapes."

"¡No! ¡Maestro, no voy a correr y dejarlo morir!"

Nelldir al escuchar las palabras de su maestro, se levantó del suelo y mostro las llamas de determinación en sus ojos ensangrentados. Se negaba a huir mientras su maestro moría. No podía traicionarlo de esta manera. Su maestro le dio todo en la vida, él no podía huir como un maldito cobarde.

¡Peleare hasta que mis huesos sangren si es necesario! ¡No huiré dejando detrás a mi maestro!

Nelldir reunió el maná en sus manos y se preparó para pelear.

Su maestro sonrió gratamente al verlo.

"Nelldir, te equivocas. No te estoy pidiendo que huyas como un cobarde."

"¿Entonces?"

"A este paso moriremos los dos, ¿sabes? No voy a poder resistir por mucho tiempo, esos bastardos son demasiados para mi viejo y cansado cuerpo. Es por ello que quiero que te lleves el grimorio lejos."

Nelldir abrió sus ojos al escuchar las palabras de su maestro.

¿Llevarme el grimorio... lejos?

"Nelldir, pase lo que pase, el grimorio no puede caer en sus manos. ¡El grimorio es nuestro, nos pertenece! Es por ello que quiero que huyas con el grimorio, descubras una forma de que el grimorio te reconozca como su dueño y cuando logres obtener el poder de los inmortales... ¡Mátalos a todos! ¡No dejes a ninguno de esos bastardos con vida!" su maestro escupió con furia esas últimas palabras.

"¡Nelldir, obtén el poder del grimorio y mátalos a todos! ¡Baña este continente con su sangre!"

Los puños de Nelldir estaban apretados con fuerza, goteando sangre desde sus palmas.

Él sabía que, de quedarse, morirían los dos y no solo eso, el grimorio caería en manos de sus asesinos.

Entonces...

**

"¡He abierto el camino, Nelldir! ¡Escapa ahora!"

Su maestro grito esas palabras cuando una oleada de fuego exploto entre la marea de magos. Sangre y cuerpos despedazados volaron por los aires. Nelldir de inmediato salió disparado como una flecha soltada de un arco, silbando por el aire, Nelldir disparo lejos del lugar.

Esa fue la última vez que Nelldir vio a su maestro.

Luego de esto, paso cuatro meses escondidos en los bosques al norte del continente.

Fue descubierto por los magos una mañana y se vio obligado a retomar la huida.

De ese modo, paso los seis días huyendo desesperadamente hasta que llego a esta situación.

Rodeado al borde del abismo.


1545p


>>>>>>>><<<<<<<<

Comentarios

  1. La ambientación 10/10 pero aún falta edición y se puede mejorar. Le daría u. 8.5/10 y creo q no encaja muy bien la narración en 3ra persona.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog