Capítulo 1 de una novela de Belleza Invertida. No hay database de Arc ni Notas, se puede continuar a partir de aquí sin cuidado.
Capítulo 00
…
—Y bien, muchacho. Sé que no me involucra, pero tengo curiosidad. ¿Para qué planeas utilizar a estas feas esclavas druidas? —Pregunto el gordo comerciante que se encontraba sentado al otro lado de la mesa. Mientras se inclinó con ojos algo intrigados y me lanzo la pregunta.
Mirando a sus ojos intrigados, pero a la vez, calculadores como los ojos de un lobo oculto. No pude evitar pensar que este tipo no dudara en aprovechar cualquier oportunidad si tiene la capacidad de sacarme más dinero del bolsillo.
Dejé que mis labios formaran una leve sonrisa y respondí:
—Las emplearé para simple trabajo de granja.
—¿Ah, eso nomas? Bue, qué aburrido… —El gordo comerciante dejo escapar un resoplido aburrido y volvió a acomodarse sobre el respaldar de su lujosa silla de madera fina y amoblado con tela rojiza de aspecto elegante.
Mientras el comerciante se acomodó en su lujosa silla que fácilmente pudo haber costado unos cientos de monedas de plata, o incluso, algunas monedas de oro. Los pasos algo pesados de una silueta ligeramente circular se acercaron por detrás del comerciante, y una dulce voz llamo.
—Amo Bullrich, aquí tiene. —Pronuncio la voz, al mismo tiempo que una bandeja se colocó enfrente del comerciante. En la bandeja se posaban unos cinco cigarros de aspecto costoso que el comerciante no dudo en tomar uno y colocárselo en la boca. Luego hizo señas con su mano, y la silueta femenina detrás de él acercó un pequeño serillo con el cual encendió la punta del cigarro del comerciante.
El comerciante dejo escapar unas cuantas bocanadas de humo, y luego extendió la bandeja hacia mi dirección.
—¿Quieres probar uno, muchacho? Como acabas de hacer una compra bastante alta en nuestra tienda de esclavos, puede tomar un cigarro si quieres como muestra de gratitud de parte de nuestra tienda.
—Lo siento mucho, comerciante Bullrich. Pero el joven amo Edward no fuma.
Para la sorpresa del comerciante, la respuesta rápida no vino de mi parte, sino de la persona que está parada rectamente detrás de mi asiento.
Se trata de una joven maid de vestido bordado con brazos delgados que fácilmente puede ser pasada desapercibida debido a su silencioso comportamiento firme.
Ver a una maid que acompañe a un noble como yo, no es algo extraño, pero lo que sí es extraño es que la maid que está a mi lado…
Lleva una extraña máscara blanca cubriéndole todo el rostro.
El comerciante Bullrich la miro de arriba abajo, pero no logro discernir la apariencia de la maid. Aunque por los brazos y la delgadez de la cintura de esta, no pudo evitar fruncir ligeramente el ceño con algo de desagrado.
—Oí, muchacho. ¿Tienes una maid bastante entrometida, sabes?
—Lo siento por ello, ella es muy obsesionada con el tema del cuidado de mi salud. Así que, como ya vez, no se me permite fumar o beber fácilmente.
—La tienes difícil, joven —Comento el comerciante, mientras alzo una sonrisa entre sus labios y extendiendo sus manos, tomo a la figura que tenía en un costado y la atrajo abruptamente hacia sus brazos.
—Mira esto, muchacho. Esta chica la compré desde la capital, ¿Qué te parece? ¿Es toda una belleza, cierto? Jajaja
—Nya~ maestro, no sea un pervertido.
El comerciante Bullrich había agarrado a la sirvienta que le había traído los cigarrillos, y ahora empezó a jugar con ella enfrente de nosotros, a plena vista y sin el más mínimo cuidado. Con una vulgar risa pervertida, el comerciante le lamió el cuello a la sirvienta y le dejo varios chupones en el cuello, demostrando que, muy posiblemente, ya se la haya follado infinidades de veces.
—Jajaja, y mira este rostro y este cuerpo, ¿no crees que es toda una perra sabrosa, muchacho? Jaja, ni te imaginas como esta perra gime durante la noche cuando se lo hago en la cama.
—S-sí, ya veo… —Contesté con la mejor sonrisa que pude mostrar, pero en mi mente…
No pude evitar sentir un ligero sentimiento de adversidad.
Y no fue por el comportamiento vulgar y pervertido del comerciante Bullrich, sino que fue por…
—Ah~ maestro Bullrich, no, ¡no puede tocar ese lugar~ ese lugar es solamente para… ah!
Así es, fue por la chica.
Muchos, probablemente, se imaginarán, ahora mismo, que la chica que sostiene y con la cual el comerciante Bullrich está actualmente jugando debe ser toda una belleza de cintura delgada, un culo grande y unos pechos voluptuosos y firmes, ¿cierto?
Pero lamento decepcionarlos, chicos.
Están equivocados.
La sirvienta con la cual él está jugando ahora mismo, está lejos de ser una belleza como imaginarias. Es todo lo contrario. Con un estómago gordo y flácido como un flan algo arrugado, la sirvienta fácilmente debe pesar el doble de mi peso. Agregándole a esto, un olor algo picante y repulsivo; producto de algún extraño perfume, más unos brazos con grasa temblorosa colgando del tríceps del brazo.
Y como si eso no fuese poco, el rostro de la sirvienta era increíblemente ovalado como un plato, sus ojos son pequeños como canicas y sus labios son abultados, mientras que sus mejillas están retocadas con un maquillaje de un colorido tono rosado chillos al mismo tiempo, que su nariz está pintada con una pomada blanca.
Sin duda alguna, esta mujer estaba lejos de ser una belleza celestial.
Pero…
Para el sentido estético y de belleza de este mundo.
Esta mujer… era vista como una geisha de la lujuria y la pasión. Una diosa total en su definición. Fácilmente, esta mujer era deseada por miles y miles de hombres de todo tipo, pero quien logro conseguirla y hacerla su sirvienta especial no fui ningún otro que el comerciante Bullrich.
—Jajajaaj, ¿Qué tal, muchacho? ¿Qué te parece mi chica?
—Es… es algo linda.
—¿Algo linda? Jajaja, ¿pero qué diantres dices? Es la chica más hermosa que jamás tuve en mis brazos.
—Ah~ maestro Bullrich, me… me avergüenza. —Murmullo, la sirvienta con un toque de timidez mientras parecía sonrojarse por las aclamaciones del comerciante. Pero este acto de timidez, parecía excitar aún más al comerciante Bullrich que comenzó a lamer el cuello gordo de la sirvienta y con una de sus manos, empezó a frotar el trasero desproporcionado de la mujer.
Oh, demonios.
—Comerciante Bullrich, veo que está ocupado ya, así que nosotros nos estaremos retirando.
—¡Bien! ¡Y no te preocupes, muchacho! El carruaje con el encargo llegará a tu mansión esta misma noche. —El comerciante Bullrich rápidamente me despidió. Luego, levanto con todas sus fuerzas el cuerpo increíblemente pesado de la sirvienta y con pasos tambaleantes como si estuviese por caerse de cabeza, se dirigió hacia el interior de la tienda.
Claramente… iba a hacer “eso” con esa sirvienta.
Dejé escapar un suspiro, y salí de la tienda junto con mi maid que lleva una máscara en el rostro. Nos subimos en el carruaje con el que llegamos, y comenzamos a regresar hacia la mansión.
Una vez que estuvimos algo lejos del tumulto de la ciudad, una voz me hablo desde mi costado.
—… Amo Edward… discúlpeme por mi imprudencia.
—¿Hablas del tema del cigarro? —Pregunte mientras deje escapar un suspiro y aclare. —No te preocupes por ello, uno de tus deberes es procurar ese tipo de cosas. Así que no te preocupes, simplemente has hecho tu deber.
—P-pero amo-
—Dije que no importa. —Interrumpí con un tono algo más alto. Pero al verla temblar por mi tono de voz, suspire y con mi mano derecha, acaricie su hermoso cabello castaño que olía increíblemente bien.
—No tienes que preocuparte por eso, Lily. —Dije mientras le di varias caricias a su cabello, y ella asintió ligeramente. Parece que luego de unas pocas caricias, termino por calmarse. Y entonces, ella se llevó sus delicadas manos a su máscara y lentamente se quitó la máscara de madera que llevaba.
Como siempre, deje escapar un leve jadeo interno al verla.
Una hermosa chica de ojos celeste con cabello castaño, piel clara y una apariencia increíblemente fina y delicada. No hay duda. Para mí, esta chica es de las más bellas que jamás he visto.
Pero lamentablemente…
En este mundo, ella está lejos de ser considerada como una belleza.
Todo lo contrario.
En este mundo…
… Ella, por su apariencia, es vista como una chica extremadamente fea y repulsiva.
Después de todo, este es un mágico mundo de fantasía… en donde los estereotipos de la belleza femenina, se encuentra invertido.
1390 palabras
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