B1 | Capítulo 1


Desperté sintiendo un agudo dolor de cabeza.

El dolor palpitante era similar a haber recibido un golpe con un bate. Soltando gemidos angustiosos, mi conciencia se fue reintegrando al mundo real. Lentamente me fui despertando mientras mi cuerpo de alguna forma, se sentía rígido como si no lo hubiera movido en semanas.

¿Qué sucedió?

Me pregunté mientras abrí mis ojos con dificultad y observé mi alrededor.

Todo era oscuro.

No se veía la más mínima luz a mi alrededor. Todo era un tono negro acompañado de un ambiente algo frio y sofocante.

Me sostuve mi cabeza adolorida e inmediatamente noté humedad.

¿Qué es esto? ¿Sangre?

¿Porque demonios tengo sangre en mi cabeza?

¡Ugh! ¡Joder, duele!

Claramente era un golpe.

Tenía sangre en mi cabeza a causa de algún golpe.

¿Pero cómo? ¿No recuerdo haberme golpeado?

… Espera.

Poco a poco, comencé a recordar lo último que había sucedido.

 

**

Era viernes y estaba en la escuela.

Luego de casi dormirme en clases a causa de trasnocharme anoche, sonó el campanario anunciando el fin de la primera hora. La profesora de biología de 2do año, cerro su libro mientras los todos los alumnos se levantaron para salir del aula.

Al igual que el resto, yo también salí del aula con mi lonchera de almuerzo en mano. Me moví rápidamente entre los pasillos de la escuela buscando algún lugar en donde pudiese comer mi almuerzo sin ruido. Pero para mí desgracia, la mayoría de los lugares que solía frecuentar como, el tejado del colegio o el pasillo escondido detrás de las escaleras, estaban ocupados por otros estudiantes.

Cuando subí al tejado, me topé con que un grupo de chicas del 3er año ya estaban allí. Al verme entrar, sus miradas fulminantes me ahuyentaron.

Mientras que detrás de las escaleras, un grupo de nerds de 1er año ya estaban ocupándolo.

A regadiente salí al campus, pero el ajetreo allí era peor que dentro de la escuela.

Mientras me moví por el campus, en dirección a la parte trasera del colegio me crucé con estudiantes de último año que regresaban del gimnasio escolar acompañados de su profesor. El profesor lucia bastante intimidante así que apresuradamente me aparté y le abrí paso para que cruzaran.

Luego, avance rodeando el gimnasio escolar y llegue a un pequeño jardín en mal estado.

Tras atravesar el jardín en mal estado, finalmente entre la maleza y algunos árboles abultados, se alzaba una vieja estructura metálica cubierta por paneles de vidrio que reflejaban el brillo del sol y daban un aire nostálgico de olvido y antigüedad.

Este era el viejo invernado escolar, el cual ya no se usa.

Antes de entrar, me detuve un segundo para verificar si no había nadie. Me acerque a las paredes de vidrio y con mis manos, limpie el polvo y el musgo que había crecido para ver el interior.

Al ver que no había nadie dentro, sonreí a gusto.

La puerta principal del invernadero estaba bajo llave, pero varios de los paneles de vidrio polvorientos que conformaban la pared estructural del invernadero estaban rotos. Llevaban así por bastante tiempo, y jamás se repararon.

Agachándome ligeramente y teniendo cuidado de no cortarme, logre entrar por ventana rota de siempre.

Esta no era la primera vez que me refugiaba en este viejo invernadero.

Dentro del invernadero no había más que viejas plantas marchitas y olvidadas en macetas de terracota. Sillas y banquillos desechados por la escuela de un lado, y del otro un par de muebles viejos y corroídos por la humedad. Entre los muebles desechados, había un casillero escolar el cual estaba sellado con candado y en donde el conserje suele guardar sus herramientas.

Hojas secas crujían bajo mis pies mientras avance y coloque mi almuerzo sobre una de las mesas. Limpié el polvo de uno de los asientos para sentarme y finalmente comencé a comer. Al abrir mi lonchera, mi estomago gruño ante el exquisito aroma de hamburguesa con papas al parmesano recién calentado en el microonda de la escuela.

Saqué mi teléfono inteligente y comencé a navegar por internet mientras almorzaba.

Moví mi pulgar, deslizando la pantalla táctil del móvil mientras le di un mordisco a mi hamburguesa, degustando el rico sabor de la mayonesa con queso y las papas fritas. En ese momento, la luz parpadeo.

¿Hm?

La vieja lampara colgante del invernadero, suspendida por encima de mí, comenzó a parpadear de manera intermitente mientras observe como se balanceaba ligeramente. Por momento creí que era simplemente la brisa suave que entraba por las ventanas rotas, pero al momento siguiente…

El suelo comenzó a temblar violentamente.

¿Un temblor ahora?

No me asuste.

Me quede quieto en el lugar, mientras termine de tragar el bocado de hamburguesa que tenia en mi boca. Esta no era la primera vez que experimenta un temblor. Los temblores ligeros en esta ciudad eran casi una rutina, algo ocasional que al menos sucedía una o dos veces cada seis meses.

Normalmente el temblor duraba un par de segundos antes de detenerse.

Pero esta vez… fue diferente.

El temblor que creí que se detendría, no lo hizo, al contrario, su intensidad fue incrementando.

Y al siguiente momento, todo el invernadero se había convertido en una escena de completo caos.

¡Wao!

El temblor sacudió todo el lugar, mientras la lampara del techo bailaba violentamente y los muebles y macetas se tambaleaban, cayendo al suelo y rompiéndose en pedazos. Mi lonchera de almuerzo también cayó al suelo.

¡Fuck! ¡Este temblor es fuerte!

El miedo me hizo intentar levantarme a toda prisa para buscar algún refugio, pero el temblor era tan violento que me tambaleé. Era difícil mantenerme estable y casi tropecé con la silla.

Los vidrios del invernadero crujieron y rajaduras aparecieron.

Entre el caos y descontrol, logre ver como la luz del sol afuera se sacudió violentamente, como si oscilada entre la noche y el día al mismo tiempo. Una sensación de desorientación invadió todo el lugar como si la realidad misma se hubiera vuelto inestable.

No podía entender qué diablos estaba sucediendo.

Y entonces, lo último que recuerdo fue escuchar el sonido del cable romperse, alzar mi mirada y ver como la lampara del techo cayó sobre mí.

Luego de eso, mi conciencia simplemente se apagó.

**

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Comentarios

  1. Está bastante bueno, una pena tener que desecharlo y cambiarle. Igual podemos tomarlo como ejemplo para la escena de la enfermería.

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