─BOOM─

Un estruendo arrancó a Andrew del sueño como una bofetada en la cara.

Su cuerpo se sacudió, rebotando contra la madera cruda de lo que parecía… ¿un piso? ¿una pared? No sabia. El mundo giraba mientras su estómago se revolvió. El aire olía a polvo y a sudor. Alguien gritaba, otros se abalanzaban y otros simplemente se revolcaban en el caos.

Andrew giro y cayo, intento abrir los ojos, pero lo primero que hizo fue tragar arena.

─Coof! ¡Coff…!─ tosió como un condenado, escupiendo granos secos de entre los dientes.

¿Qué mier…?

Todo su cuerpo dolía. Se sentía golpeado y agotado, como si hubiera pasado por una licuadora. Trato de incorporarse, pero otra sacudida lo tiro al suelo. Pasos apresurados cruzaron a su costado. Fue entonces cuando lo noto, la madera astillada bajo una de sus manos, las rejas dobladas, los gritos desesperados de la gente a su alrededor.

¿Dónde… estoy?

“¡Abran paso, corran!” alguien empujo, pisoteando y grito con clara desesperación.

Andrew se sintió arrastrado como un trapo por una marea de cuerpos que se apretaban uno contra otros. No entendía nada. Gritos, llantos, pasos, madera crujiente. Una explosión a lo lejos. ¿una pelea? ¿una guerra?

Cuando finalmente logro salir de debajo de la multitud, el sol lo cegó. Levanto una mano para protegerse del agobiante brillo caliente, pero lo que vio lo dejo con los ojos abiertos.

Un desierto. Infinito. Arena y mas arena, ondeando como un mar dorado.

Y en el horizonte… creía que podía ver pequeñas y lejanas siluetas de enormes montañas.

Andrew entendió que claramente no estaba en casa.

¿Dónde diablos estaba?

─BOOM­─

Una nueva a lo lejos le sacudió.

¿Qué está sucediendo?

Vio como la explosión levanto la arena en la distancia. Ese era el lugar de donde venia los gritos y sonidos de luchas. Cuando agudizo su mirada vio varias siluetas enfrascadas en una violenta pelea contra… ¿eh? ¿Qué diablos es eso?

Criaturas que parecían sacadas de una pesadilla prehistóricas se movían en la arena. Enromes lombrices emergían del suelo, explotando hacia arriba en una avalancha mientras abrían sus enormes bocas dentadas del tamaño de un coche, atacando a seres aún más grotescos que con sus enormes lanza se defendían cortando cuantas lombrices pudieran antes de ser devorados.

Así es, Andrew vio ogros enormes de pieles rojas, armados con espadas, martillos y lanzas, peleando a muerte contra las enormes lombrices.

Un ogro aulló mientras corría al frente para golpear con su enorme martillo, mientras otro ogro fue arrancado del suelo por una lombriz. Su grito apenas duro un segundo cuando otro ogro salto para empalar su lanza en la lombriz.

Sangre de ogro como de lombrices teñía la arena en la intensa lucha que se estaba desarrollando.

Viendo esta escena las piernas de Andrew no pudieron evitar temblar.

¿es esto un mal sueño? ¿estoy en una película?

Mientras se sentía paralizado por la irreal escena sacada de una película, una mano pesada le agarro bruscamente del brazo y lo sacudió.

“¡Mocoso, no te quedes ahí parado! ¡Si quieres vivir, corre!”

¿Qué…? ¿¡que mierda está pasando!?

El hombre ya había salido corriendo, perdiéndose en una nube de arena.

Desorientado, Andrew alcanzo a ver otros carruajes con barrotes parecidos a jaulas que estaban por detrás, manos desesperadas sobresalían entre los barrotes, gente llorando y gritando a aquellos afortunados que huían en la distancia.

Al ver esta escena, finalmente entendió.

Él era uno de esos afortunados que había logrado salir de esa jaula.

El carruaje roto en el suelo, hecho pedazos y del cual la avalancha de personas acababa de salir corriendo arrastrándolo a la arena en el proceso, probablemente fue tumbara par alguna de aquellas monstruosas lombrices.

Y aquellos ogros luchando, si no eran partes de los prisioneros, por descarte, entonces eran… sus captores.

“¡Esclavos! ¡Esclavo, escapan!”

Andrew hoyo un grito, un alto ogro que vio a las personas huyendo, grito alzando una lanza y apuntadles para ordenar perseguirles.

Andrew palidecía, y ya no lo dudo más.

Sus pies comenzaron a moverse, con dificultad hundiéndose en la arena, pero sin detenerse, Andrew huyo del lugar, intentando perseguir el desconocido rastro del hombre anterior. Al poco tiempo de correr, Andrew se perdió en la briza de arena.

 


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