⌨  Capítulo 6

La mañana siguiente la lluvia había parado y un hermoso y brillante sol se alzo por el horizonte. Todo indicaba que hoy iba a ser un día de estupendo clima, con el ligero clima veraneal que envolvía la isla, hoy sin duda era un día para salir a pasear o de picnic.

De hecho, recuerdo ver plazas llenas en climas como este en mi antigua vida, mientras yo viajaba con ojeras del tamaño de gafas de mapache debido al cansancio y al poco tiempo de sueño, desde el tren podría ver que días como esto, las plazas ahondaban con niños, los cines se llenaban y yo…yo seguía trabajando.

Es irónico que ahora estoy en otro mundo, y de nuevo, estoy ocupado asistiendo a una clase de la cual tengo cero interés.

El tercer día desde que el profesor llego.

Hoy tocaba clase de Filosofía del Orden Imperial.

El simple titulo ya sonaba tedioso y fastidiante.

Cuando llegue al salón de estudio remodelado, sorpresivamente esta vez el profesor había llegado temprano. Quizás lo sucedido ayer fue como un pequeño balde de agua fría para su calva cabeza caliente. Aunque, como siempre, el profesor sudaba pero su mirada ya no era tan altanera ni arrogante. Su mandíbula se crispo cuando me vio entrar, pero se recompuso rápidamente.

En el aula, ya estaban Marcos y Lilia esperando.

Marcos cruzado de brazos como siempre, mirando por la ventana aburrido, y Lilia quien siempre solía ser la mas entusiasta de la clase, ahora también lucia desinteresada y aburrida. Sentada de piernas cruzada, Lilia estaba limándose las uñas sin prestarle la mas mínima atención al profesor.

Probablemente había perdido completo interés de aprender de este profesor luego de lo de ayer.

Y no es de sorprender, de hecho comparto el poco entusiasmo.

Incluso ahora sigo preguntándome… ¿es este gordo calvo realmente un destacado profesor de la capital?

Tengo mis dudas.

Pero volviendo a la clase, el profesor tosió dos veces para llamar la atención de la audiencia.

“Hoy hablaremos del pensamiento que dio forma a nuestro glorioso imperio: me refiero a la Filosofía del Orden Imperial.” Comenzó el profesor, con una ligera sonrisa. Su sonrisa lucia como una imitación barata de parecer amigable, casi como un intento de olvidar lo sucedido en la anterior clase. “y no teman, jóvenes Collins. No será una clase pesada. Comenzaremos con una sencilla reflexión…”

“Imaginad un hombre solo en el bosque.” Dijo el profesor, levantando un dedo gordo al aire: “Sin ley, sin normas, sin trono que lo guie. ¿Qué le impide matar, robar y destruir?” 

El profesor camino hacia el pizarrón y lo golpeo con su dedo.

“Nada. Absolutamente nada se lo impide. Porque sin orden, no hay moral. Y sin moral… no hay civilización.” Explico el profesor, agregando: “de hecho, antes del establecimiento del gran imperio, gran parte de nuestra civilización se encontraba en continua guerra constante, decenas de matanzas a diarios y miles de violaciones e injusticia inundaban el mundo. No fue hasta que nuestro emperador, Victorios I logro establecerse en el trono de emperador, que el orden comenzó a llegar a nuestro mundo y por primera vez, la justicia también llego a manos de los mas débiles.”

…¿La justicia llego a manos de los mas débiles?

 Sentí que mis ojos giraban en circulo.

¿Qué diablos dice este tipo?

Según todos los libros de historia que había leído, la justicia realmente nunca llego a manos de los mas débiles, al contrario, nada cambio. Los mas fuerte simplemente cambiaron por otros mas fuerte, y la ley del mas fuerte oprime al mas débil sigue vigente en el imperio y en toda su historia.

Mire hacia mi lado, y Marcos parecía creer las palabras del profesor, asintiendo, mientras que Lilia… ja, Lilia parecía atónica, probablemente incrédula igual que yo. Ella sabia mas de historia que yo, probablemente la afirmación del profesor la encontraba aun mas absurda que yo.

Pero el profesor, ahora sonriendo con una mirada cada vez mas altiva y arrogante, agrego:

“el caos.” Continuo. “ese es el estado natural del hombre. Somos bestias hasta que el deber nos domestica. El imperio no impone cadena, jóvenes collins. El imperio nos da forma. Nos convierte en algo mas elevado que simples bestias descontroladas.”

El profesor dejándose llevar por su propia elocuencia, se paseo entre nosotros con un libro abierto como si estuviera leyendo un salmo sagrado. Su vos era serena, incluso agradable, pero resonaba con fuerza en el aula llegando a ser molesto. Cada palabra era como una jaqueca mas en mi cabeza.

“En la antigua era.” Prosiguió.” Las personas creían que la libertad era lo mas importante. ¡Ja! Pobres locos. Aquello fue una era de guerra sin fin, de hambre y de crímenes. Fue el emperador dorado quien nos salvo de la anarquía… fue el emperador quien nos hizo recordar que somos piezas con un propósito mucho mayor.”

Ja

Piezas.

No personas.

Dijo piezas.

Trague saliva.

Sintiendo que mi jaqueca aumentaba.

“No debemos preguntarnos que deseamos.” Dijo. “sino qué necesitamos para servir al imperio. La verdadera sabiduría no está en buscar el placer o la alegría… sino en encontrar satisfacción en cumplir con nuestro papel.”

Mi pierna empezaba a moverse sola, rebotando contra el suelo.

Ese era mi cuerpo avisándome que quería salir de ahí.

Simplemente mi cabeza no podía aceptar este tipo de enseñanza, era un ideal completamente opuesto, casi como si estuviese justificando la vida de mierda que experimente en mi anterior vida. Que sentirías si aparece un loco a decirte e intentar explicarte con razones estúpidas que haber vivido toda tu vida como un esclavo asalariado era algo digno y con propósito. Que haber muerto sin disfrutar al mas mínimo tu vida, era con un propósito mucho mayor.

¿Qué sentirías?

Probablemente querrías darle un puñetazo a esa persona.

Bueno, de hecho así me estaba sintiendo en estos momentos.

“En palabras del maestro Endark, gran filosofo imperial.” Recito el profesor., abriendo el libro y deteniéndose en cierta pagina,” el pájaro libre canta su ultima canción antes de ser devorado. El que canta en jaula, en cambio, canta para siempre.”

Marcos frunció el ceño, mostrando su primera reacción en la clase desde que lo vi sentado allí de brazos cruzado.

Lilia por otro lado, simplemente sonrió sin decir nada, note que ella a diferencia de la primera clase que tomaba notas, ahora ni siquiera llevaba un cuaderno consigo. Probablemente ya no lo veía necesario, las palabras del profesor le entraban por un oído y le salían por el otro, o al menos, eso supuse.

No creo imaginar que Lilia pudiese sacar algo positivo de escuchar tanta fanfarronería e idiotez humana.

Yo por mi lado, simplemente observe el entorno, y de alguna forma creí comenzar a ver una jaula.

El aire se volvía mas denso en mi imaginación, y no era por el calor. Era por las paredes, por el tono monocorde del profesor, por la forma en que cada palabra convertía la libertad en pecado.

“recordar esto, jóvenes Collins.” Bramo el profesor, con emoción en su rostro y fanatismo:” el imperio no necesita soñadores. Necesita columnas. Muros. Estructura. Soportes fuertes y robustos que ayuden a mantener esta compleja unión a la cual apodamos Imperio.”

Cada palabra dicha por el profesor se sentía como un ladrillo.

Y yo sentía que me quedaba sin oxigeno.

“la felicidad personal es un lujo que se gana obedeciendo. Antes de desear algo, preguntad si sois dignos de ello. Y antes de actuar, pensad si vuestro acto honra al Trono.”

Honrad al trono. Obedecer para ser feliz. Ser digno de desear.

Sentí un calor desagradable subir desde mi estomago. Como un bilis invisible, lento pero firme. Como si algo en mi interior se negara, por puro instinto, a seguir tragando este veneno con voz educada.

El profesor se giro de nuevo hacia la pizarra y dibujo un triangulo. En la cima escribió “trono” en letras grandes. En la base, “pueblo” en letras pequeñas.

Luego sonrió.

“este es el orden perfecto. El vértice que guía. La base que sostiene.” Comento, casi jubiloso y fanático:” todo aquel que intenta subir desde la base, destruye los soportes y destruye la pirámide. Y eso… mis queridos jóvenes collins, es una traición al Trono y al imperio.”

Me escuché reír.

Una risa suave, seca e involuntaria.

Finalmente me pregunte:

¿Qué diablos hago escuchando toda esta mierda?

Si bien, pensé en seguir el juego por mi nuevo padre, realmente… en serio, ¿Qué mierda hago escuchando a este gordo idiota?

¿acaso soy culpable de haber tomado el cuerpo del loky collins original?

¿debería asumir las responsabilidades del collins original en compensación por tomar su cuerpo?

Ja.

Jajaja.

No alcanza con haber tenido una vida de mierda en mi mundo anterior, ¿ahora debo volver a tener otra vida de mierda en esta nueva vida?

¡Me niego a ello!

Cuando morí, jure que si hubiese otra vida después de esa, viviría mi vida como me plazca.

Viviría mi vida persiguiendo mis sueños.

Viviría mi vida en plena libertad y haciendo lo que me guste.

Nadie me impondría obligaciones sobre mis hombros por la fuerza.

Nadie me convertiría en un esclavo como en mi vida anterior.

Yo… seré libre.

Sonreí.

Sentí que mi risa se hacia mas fuerte en el salón.

Note que Marcos, como Lilia y el profesor se habían vuelto hacia mi, pero no me importo, simplemente me reí.

¡Si, así es como debería de ser!

¡He sido un estúpido!

“¿Hay algo gracioso, joven collins?” pregunto el profesor con ceño fruncido.

“Sí” respondí entre risa, “Que usted piense que alguien cantando en una jaula es libre.”

“¿perdón?”

“¿se escucha a usted mismo, profesor?” le pregunté.

Me incorpore en mi asiento, sonriendo sin cuidado. Sentía que mi corazón latía como un tambor, pero no por nervios ni miedo, sino por alegría de finalmente haber llegado a una respuesta. A un sentido de la vida.

“¡Cuidado con lo que dices!” bramo el profesor, con las mejillas enrojecidas y señalándome con su dedo gordo. Su grasa temblaba ante su arrebato de emociones.

“¿cuidado?” reí, “¿eso es lo que enseña, profesor? ¿a tener cuidado y ser siempre obediente y esclavo?”

“¡Silencio, loky collins! Tu no entiendes nada de este mundo. Eres un mocoso ingrato. ¡Un producto malformado de este rincón decadente del imperio! ¡Y mientras vistas ese apellido dado por el imperio, representaras algo mas que tus patéticas ideas egoístas!”

Me levante de mi asiento, “¿ese es el problema, no?” respondí. “¿Qué usted cree que la libertad es egoísta. Que desear ser feliz es un crimen. Pero ¿sabe qué?” extendí mi brazo y me señale al peño con un brillo de resolución en mis ojos. “prefiero ser egoísta, libre y feliz… que un esclavo obediente y vacío.”

Dejando a un profesor rojo como un tomate hervido, y a una Lilia y Marcos de ojos abiertos sorprendidos.

Procedí a salir por la puerta.

Camine con pasos ligeros, sintiéndome refrescante y ligero mientras avance por los pasillos de la mansión.

Mis pasos no se detuvieron mientras Sali de la mansión collins.

Subí una pendiente, y avance hasta una colina en donde tenia plena vista del hermoso y azulado mar en el horizonte.

Podía ver abajo, las barcazas de pesca de los pescadores trabajando, algunos niños jugando en la playa y mujeres lavando la ropa en el agua.

De alguna forma, sentía que contrario al ambiente vacío y descolorido de la mansión, aquí, la escena era simplemente refrescante y llena de colores. Incluso el aroma fresco del mar era increíblemente reconfortante.

¡así es, aquí es donde debo estar!

¡Este es mi lugar!

“¡Joven amo! ¡Joven amo!”

Escuche a alguien llamarme.

Volví mi mirada y vislumbre a Sebastián corriendo tras de mi, agotado y sudando.

El viejo par de huesos cayo agotado de cansancio cuando termino de escalar la pendiente,

“Joven amo, ¿Qué ha sucedido!? ¡La mansión es un caos, el profesor dice que usted abandono la clase! ¿es eso cierto, joven amo!?”

“Oh, es cierto.” 

Respondí sin la más mínima preocupación.

Estire mi cuello mientras hice tronar mis dedos.

Sebastián palideció mientras escucho mi respuesta.

“¡Pero…pero joven amo! ¡El examen es pronto! ¡Que hará cuando su padre se entere!”

Sebastián sudaba de nervios y preocupación.

Lo mire y sonreí.

Era algo gracioso ver a este viejo huesos luciendo tan nervioso.

Sinceramente… todo ello ya no me importaba en lo absoluto.

Al estirar mis brazos para aligerar la carga muscular de haber estado sentado en clases, sentí mi cuerpo algo apretado.

Oh, claro. ¡Casi olvido de ello!

Cmenbce3 a desabotonar mi apretada y lujosa chaqueta de noble, y me la quita. La costura crujía y la tela se deslizo por mis hombros como piel muerta. Se la avente a Sebastián para que la tuviese consigo.

Sebastián no entendía nada de lo que hacia.

Me miraba sin entender, con ojos abierto.

“¿Joven amo, usted…?”

Me quede con una simple camisa blanca de tela fina, y un pantalón con zapatos. Adiós chaqueta apretada, adiós corbata, adiós broches, adiós pañuelo, adiós toda esa mierda de aristócrata.

Ahora…

“¡Voy a ir a nadar, Sebastián! Cuida de mi ropa.” Dije con emoción, mientras le levante un pulgar a UN SEBASTIAN ATURDIDO.

“¿Va a nadar joven amo?”

“¡Así es Sebastián, avisa a mi padre que volveré en la tarde, y si no esta dispuesto a recibirme en la mansión a partir de lo de hoy, también estoy dispuesto a mudarme al pueblo y vivir allí!”

“¿Eh?”

Sebastián quedo de ojos abiertos mientras me veía descender la colina hacia el pueblo pesquero de abajo.

“Nadar. El joven amo va a nadar…” murmullo Sebastián, casi atónico y aun sin reaccionar del todo.

Pero entonces, como si un rayo lo atravesase, recordó…

“¿¡Nadar!? ¡Esto es malo, el joven amo no sabe nadar!”

No había pasado ni una semana desde que el joven amo casi se ahoga, y ahora estaba yendo a nadar de nuevo.

“¡¡Espéreme joven amo!!”

Sebastián arrojo la ropa al suelo y comenzó a bajar la colina persiguiendo la lejana figura de Loky.

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